ALGUNOS DATOS SOBRE EL PERIODISMO TRUJILLANO
Cuando en 1954 inicié la recolección de
datos para la elaborar la historia de la prensa trujillana no creí que
publicaría apenas la Historia del Periodismo Trujillano en el Siglo XIX
(Caracas, Imprenta Nacional, 1957, primera edición, y Caracas, Arte grafía,
1958, segunda edición) y Anales del Periodismo Venezolano, Estado Trujillo
1901- 1905 (Asunción, Paraguay, Editorial Ariel, 1961)
Sin embargo van envejeciendo en carpetas
y fichas muchos juicios relacionados con este aspecto y no quiero que se extravíen
algunos testimonios sin darlos a publicidad porque creo que ha pasado el tiempo
que pude dedicar a conformar otros volúmenes alrededor de estos temas. Razón
que me asiste para comenzar hoy en este diario de la ciudad de las siete
colinas una sección que puede alargarse por unos cuantos meses y en la cual
dejar constancia de la médula de todas esas investigaciones que pueden ser
definitivo aporte para quienes deseen hacer una evaluación del periodismo
regional desde sus orígenes en 1865 hasta las más recientes publicaciones
periódicas.
Comenzaremos, cronológicamente, desde
1906 aunque es este año apenas circuló en la ciudad de Trujillo Industria y
Letras, del cual hablaremos en otra oportunidad. Los hebtomanarios que por esta
época y en el año siguiente circulaban ya los reseñé en el segundo de mis
libros citados; eran: El Castillo de Valera, la importantísima revista Cosmos
del mismo lugar; El Gladiador y El Heraldo de los Andes de Trujillo; El
Renacimiento de Boconó y El Avance de Sabana de Mendoza.
El Voto de Valera vió luz el 24 de
Noviembre de 1907 como periódico político cuyo lema era “Patria y
Restauración”, siendo su Director – Rector Pompeyo A. Oliva, y teniendo como
propaganda política la de “Candidato para Presidente del Estado en el trienio de
1908 a 1910 al instruído y decidido Restaurador, doctor Trino Baptista”,
complementando con su lema “Nuevos hombres, Nuevos Ideales, Nuevos
Procedimientos”.
Conocemos muy pocos números, siendo el 3
de fecha 12 de Diciembre del mismo año. Se editaba en los Talleres del Centro
Industrial, en formato octavo con cuatro páginas en papel fuerte.
En Octubre de 1908 aparece en Valera un
periódico de “literatura y variedades”, redactado por Dámaso Cardozo y Santiago
y Santiago Morillo; que tenía como colaboradores anotados en el comienzo a:
Marcial A. Marchani, Julio A. Monagas, Ramón I. Luque, Miguel A. Vetencourt,
todos alumnos del Colegio “Santo Tomás de Aquino”.
Se llamó El Laurel, de cuatro páginas,
en formato diez y seis, con mucha poesía infantil y pequeños artículos como
colaboración innegable de los futuros bachilleres.
El número 5 del 16 de mayo de 1909 tiene
como redactores a Manuel A. Marchani y Julio A. Monagas y como colaboradores a
Pacífico Durán, Antonio M. Maya, Pedro La Riva Vale, y D. Kiasir, alumnos del
referido colegio, los primeros y seudónimo del Prebístero doctor Miguel Antonio
Mejía, el último.
El número 9 apareció en formato octavo
el 26 de diciembre de 1909 como órgano de literatura y variedades, redactado
por Dámaso Cardozo y Julio A. Monagas y administrado por Pedro La Riva V.
Publicó juicios breves sobre obras comúnmente leídas por alumnos de un curso
preparatorio y un comentario crítico sobre Betijoque.
El número 10 es del 13 de Febrero de
1910 con una acerva crítica contra El Carácter, redactado en Betijoque por
Felipe Rincón Jugo, porque en este vocero se habían rebatido irónicamente los
conceptos “Imprecisos” de los redactores de El Laurel. El último número que
hemos visto tiene fecha 10 de Marzo de 1910.
1º de abril de 1908 empezó a circular en
San Lázaro, un periódico manuscrito denominado El Esfuerzo Juvenil dirigido y
redactado por Modesto Discreto, seudónimo de Modesto Mazzarri. Este vocero, en
papel de carta a cuatro páginas, pronto pasó a ser editado en talleres
tipográficos y fue aumentado de cuatro a ocho y hasta doce páginas en formato
octavo.
El personal de redacción estaba
integrado ahora por J.B. Provenzali, H. Mazzarri y J.M. Briceño, y la
administración a cargo de Gerónimo Paolini, pero ya no como periódico sino como
revista quincenal.
Variadas secciones las que encontramos
en estas páginas preciosas, desde la literaria con cuentos de nuestros valores
nativistas y de figuras descollantes de otros países hasta poesías de grata
impresión y de consabido valor. La Miscelánea es una especie de recolección de
notas breves con gran sentido práctico y de información cabal. También es
apreciable la sección Amor, especie de correo de enamorados, de postales sobre
las damas de mayor belleza en la población y de siluetas y acrósticos.
Número especial fue el 34 del 1º de
abril de 1909, para conmemorar el primer aniversario, entre felicitaciones,
telegramas y buenos augurios.
En el mes de Febrero de 1910
desapareció, pero su segunda época comienza el 15 de Mayo de 1911 cuando
vestido de gala, editado muy comedidamente, aparece como “quincenario
independiente” bajo la dirección de Tobías Valera Martínez, redacción de J.B.
Provenzali y R. Pujol B. y administración de José María Briceño.
En el número en referencia leemos la
noticia de la muerte de Humberto Mazzarri, a quien por haber sido de los
fundadores del periódico le conferían el honor “redactor perenne”.
Los colaboradores entonces fueron Manco
Cápac Rocha, Felipe Briceño y Manuel Mendoza.
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